Prestige Electric Car arranca con sus pruebas reales de los más singulares automóviles eléctricos, electro-híbridos e híbridos. Realizaremos pruebas simultáneas con el mismo tipo y modelo de vehículo en varios lugares a la vez, prestando especial atención al rendimiento de la conducción y a aquellos detalles que consideramos muy importantes para los clientes de nuestro portal, la Web de referencia del vehículo ecológico. Realizamos nuestras pruebas con recorridos en condiciones normales y extraordinarias, en zonas climáticas diferentes, por varios conductores de diferentes edades, utilizando el vehículo de manera individual y en grupo para los desplazamientos habituales. De esta manera se obtiene, mediante una percepción activa, los conceptos que luego analizamos para su publicación, además de la valiosísima información antropomórfica de los usuarios de vehículos. Igualmente realizamos una adquisición de datos de las magnitudes físicas mensurables que pueden ser importantes para una mayor percepción y grado de conciencia en una conducción eficiente de nuestros vehículos.
El Opel Ampera electro-híbrido
Estamos ante un automóvil con una filosofía totalmente distinta de lo ya conocido, un modelo electro-híbrido, donde manda el motor eléctrico sobre el convencional, que solo proporciona energía eléctrica, y que nunca entra en la propulsión directamente. Por esta razón Prestige Electric Car denomina a estos automóviles electro-híbridos; la palabra deja patente que denomina y manda el motor eléctrico sobre el llamado range-extender. La casa Opel denomina a este automóvil “vehículo eléctrico con extendedor de autonomía”. Actualmente solo hay tres modelos con estas características en el mercado: el Opel/Vauxhall Ampera, el Chevrolet Volt de la misma familia y el Fisker Karma.
Cuando en 2002 General Motors presentó en el Salón de Detroit lo que ellos consideraban el automóvil del futuro (ver reportaje numero 511) –una plataforma con alimentación a través de hidrógeno, que permite cualquier tipo de carrocería–, no nos podíamos imaginar que iban a mostrarnos un vehículo como los hermanos Chevrolet Volt/Opel Ampera, con una tecnología tan avanzada y algo arriesgada, para demostrar que el futuro se puede comprar ya. La idea tomó cuerpo tras la presentación en 2007 del Opel Flextreme en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt.
Conduciendo un Opel Ampera hay que entender en primer lugar el concepto, que entusiasma pero que también exige una apertura de mente. Es como una máquina de fotos cara que, poniendo en “automático”, te saca buenas fotos, pero sobre la que hay que profundizar para disfrutar de todas sus posibilidades. Lo mismo pasa con el Ampera: modo normal y palanca de cambios en D, y todo va a la perfección. Cuando la batería se agota, cambia al motor de gasolina y, sin parar, continúa la marcha. Pero para sacarle todo el jugo hay que conocer todas las posibilidades. Se conduce como cualquier otro automóvil sin precisar conocimientos especiales. Lo que pasa es que en el momento de acercarse realmente a él y aprovecharse de todo lo que ofrece, sí que exige un entendimiento con la tecnología y con el automóvil, una fase llena de entusiasmo, ya que constantemente se descubren nuevas ventajas.
La idea básica es la de reducir al máximo el consumo; esto está por encima de estudiar cuál es la velocidad máxima, la aceleración tope y todos estos factores que hasta hoy siempre han sido tan relevantes en un automóvil. Se trata de disfrutar del mayor silencio posible durante la conducción –un placer para todos los sentidos–, y estudiar todos los detalles para poder realizar trayectos de toda índole con el mínimo consumo de gasolina posible. El resultado final es sorprendente, dependiendo de la conducción de cada uno, pero son cifras tales que muestran que no se consume en absoluto gasolina durante una fracción de tiempo muy amplia si se han recargado las baterías durante la noche, con lo que se cuenta por la mañana con un radio de acción de entre 50 y 80 kilómetros necesitar la ayuda del motor auxiliar (nosotros hemos logrado una autonomía de 100 kilómetros con la batería totalmente cargada). En trayectos mixtos por todo tipo de orografía del país hemos logrado una media de unos 3,2 litros de gasolina para 100 kilómetros, más la electricidad consumida.
Pero el Ampera también sorprende en sus prestaciones: la aceleración es impresionante, más aún en el modo sport y la palanca en “L”, que es cuando desprende toda su furia. La ventaja: el motor eléctrico cuenta con su máximo par motor ya desde el arranque; por esta razón las aceleraciones son fuertes y constantes. Además al motor eléctrico le gustan las elevadas revoluciones, no consume más por ello, es cuando mayor voltaje saca y cuando desarrolla todo su potencial. El total silencio del Opel Ampera en sus arranques y en la conducción en ciudad es un tema a tener en cuenta por el conductor, pues no tiene referencia de la velocidad a la que se mueve ya que no lo asocia con el ruido del motor. También tiene que ser consciente de que las personas despistadas –y hay muchas–, no oyen llegar este vehículo o acercarse a un paso de cebra: la gente, al no escuchar apenas nada, no reaccionan y dejan de ser conscientes del peligro. Para avisar a los peatones despistados, el Ampera cuenta, pulsando el extremo de la palanca de los intermitentes, con un suave tono de alerta, suficiente para avisar. Ese mismo pitido suena también cuando se conecta el automóvil a la red eléctrica y todo está en regla. Cuando algo no está en orden, el automóvil pita de tal forma que avisa al conductor de que existe un problema.
El motor de gasolina no recarga completamente la batería, pero sí en gran parte. Suministra la electricidad necesaria para que continúe funcionando el motor eléctrico durante muchos kilómetros más. La batería solo se recarga completamente enchufándola a la red eléctrica, bien en modo suave o en modo avanzado, lo que se interpreta en las horas que tarda la recarga. Sí que recibe recargas parciales a través del freno regenerativo, o sea en plena conducción cuando se suelta el pedal de aceleración y se acciona el freno eléctrico, utilizando esta energía para la recarga. Para una mayor recarga a través del freno regenerativo recomendamos el frecuente uso del modo Low (L), ya que en este modo realiza una mayor frenada al soltar el pedal del acelerador, que se interpreta en una mayor cantidad de energía recuperada. En la posición “L” el motor eléctrico, generando una mayor presión al pedal, trabaja a mayor frecuencia y revolución y aumenta su voltaje, lo que, muy al contrario de los motores de gasolina o diesel, le favorece y le conviene. Y no aumenta el consumo. Aumenta el par motor a las ruedas, permite mayores prestaciones y respuestas más potentes, ya que aumenta la frecuencia de control, que es la que genera el número de ciclos de la corriente alterna generados por el variador de frecuencia, el inversor, el convertidor, etc. Varía también el voltaje, partiendo de la energía que tiene la batería, convirtiendo su corriente continua en alterna. El uso del modo “L” favorece mucho la conducción, el automóvil frena sin pisar el pedal y utiliza esta energía de la deceleración para la batería, mientras que frenando con el pedal no se recarga tanto. Pero ojo al tráfico por detrás: conviene pisar suavemente el pedal del freno para que se enciendan las luces de freno cuando se reduce la marcha.
El modo montaña solo se recomienda en fuertes subidas, que se tienen que realizar a velocidades lentas; retiene la energía eléctrica en la batería para ser usada en momentos clave. El modo sport posiblemente es lo más sensacional, ya que permite que el generador –que normalmente solo se encarga de generar la electricidad para el motor eléctrico principal una vez esté funcionando el motor de gasolina– se transforme también en motor, prestando todo su apoyo al motor eléctrico y al térmico. ¡Entra en funcionamiento, pues, un tercer motor de 60 CV de potencia!
El Opel Ampera cumple con todas las normas referentes a la seguridad con respecto a la electricidad. Los cables de alta tensión están bien señalizados y no debe haber problemas con ellos. Cuenta con un campo eléctrico bajo debido a la buena protección de los componentes eléctricos. El campo electromagnético es aceptable, pero puede sobrepasar las recomendaciones CTO (200 nanoTesla/metro) cuando hay aceleraciones bruscas. La recarga de la batería se puede programar acorde a la intensidad de la corriente. En el cable de carga se dispone de un botón de nivel de carga que, una vez enchufado a la red, permite seleccionar bien la carga máxima, cuando se encienden los cuatro LEDs verdes, o la carga reducida con solo dos LEDs, si no se dispone de suficiente potencia en el enchufe de casa. Si se encienden uno o dos LEDs de color rojo en el panel, significa que nuestra instalación eléctrica no posee una toma de tierra adecuada o tal vez no ofrece los valores de tensión y corriente adecuados para que entre en funcionamiento el cargador interno del Opel Ampera. En la parte superior del tablero de instrumento hay un testigo que nos indica el estado de la carga, finalización o fallo de la misma. Finalmente enchufamos la clavija al puerto de carga en el vehículo que se abre mediante la pulsación de un botón situado en la puerta del conductor.
Algunos consejos prácticos
- Recordamos lo importante que es graduar la presión de estos neumáticos con bandas de rodadura de baja resistencia mediante las pantallas de información LCD, en el centro informativo del conductor o DIC (Driver Information Center). El buen inflado es vital por seguridad y también para evitar sobrecalentamientos que deterioren los neumáticos de forma prematura. El ahorro que genera este tipo de neumático es superior al 5%.
- Se recomienda al comprador de un Ampera contar con un garaje o con un patio cubierto donde aparcar el automóvil, porque ni a los neumáticos ni a la batería les gustan las temperaturas elevadas. También necesita una instalación eléctrica con un enchufe asegurado de 16 amperios de fuerza para poder realizar las recargas cómodamente –se suelen hacer por la noche aprovechando las tarifas especiales–.
- También se recomienda contar con dos cargadores: uno que se deja siempre en el automóvil para aprovechar recargas en las electrolineras públicas, y el otro cargador para dejarlo fijo en casa y no estar constantemente recogiéndolo. De esta manera evitaremos un deterioro prematuro por uso intensivo y aumentaremos la garantía de estar servidos –de no quedarnos sin carga en caso de rotura de un cable–.
- Ojo con la marcha atrás: no se oye el coche cuando está reculando. No tiene limitador de velocidad, por lo que puede acelerar y alcanzar rápidamente más de 60 km/h. Cuando se va marcha atrás hay que pisar suavemente el acelerador.
El único punto negativo que aún vemos en este tipo de automóvil es su elevado precio, que en el caso del Ampera sale por mínimo unos 46.000 €, que sin duda lo vale, debido a la tecnología cara y especialmente a la batería de elevadas prestaciones. Seguramente con el tiempo los precios bajen. De hecho, por lo menos en el País Vasco, se consigue una ayuda estatal de 5.000 € por la compra de vehículos de tales características.
Pruebas realizadas con el Opel Ampera en la Sierra de Madrid y alrededores, y en la Isla de Lanzarote.
(Nuestro agradecimiento a Cabrera Medina de Lanzarote por facilitarnos la prueba del Opel Ampera en esta preciosa isla.)
Comentarios:
Werner: «Hemos realizado ya 4.300 kilómetros con nuestro Ampera. El coche ha cumplido el 100% de nuestras expectativas. Su poco gasto mensual y sus reducidas emisiones son extraordinarias para un automóvil tan agradecido de conducir. Es moderno y atractivo, silencioso y nunca reduce nuestra autonomía gracias a su motor convencional de ayuda. Los costes –entre gastos energéticos y de gasolina– son tan bajos que estamos muy sorprendidos. Mucho más bajos que los de cualquier otro vehículo».
Miguel Ángel: «Después de realizar las pruebas del Opel Ampera, y de la tracción 100% eléctrica y permanente de este sofisticado vehículo, lo recomiendo como ejemplo a seguir por parte de la industria automovilística. Posee la ventaja de utilizar tres vectores de energía sin que percibamos cambio alguno en la dinámica de marcha. En el modo de conducción normal, sport, montaña o retener, realiza los cambios entre la fuente electroquímica de los acumuladores, la recarga por la energía cinética y la generación de corriente eléctrica, de una manera magistral sin verse afectada la seguridad. Este es un buen ejemplo de cómo implantar tecnologías útiles y que verdaderamente ayuden a superar los límites de la autonomía. El OPEL AMPERA es un verdadero modelo electro-híbrido».
Christian: «Es un coche sorprendente, ya desde fuera, con una aerodinámica muy bien lograda y un diseño muy llamativo. No hay quien se quede indiferente a la vista de este automóvil, y más todavía cuando no se le escucha llegar. Un auténtico salto cuántico hacia los automóviles del futuro. Enhorabuena».
03 Agosto 2012
Opel Ampera
por
Equipo de prueba
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Te lo agradezco enormemente.
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