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Lit C1 ¿coche o moto?
12 Junio 2012

Lit C1 ¿coche o moto?

El Lit C1, 2 ruedas con carrocería cerrada y un singular sistema de giroscópios que mantienen el equilibrio.

En California ha nacido un nuevo vehículo que combina la eficiencia de un ciclomotor con la seguridad de un coche cerrado. El C1, cariñosamente denominado como un smartphone sobre ruedas, no se inclina en las curvas, como otros modelos de este tipo, sino mantiene su equilibrio mediante giroscopios. De tal manera que ni un choque brusco lateral puede desequilibrar el vehículo de dos ruedas y dos plazas.

Según sus creadores se trata de un coche seguro sobre una plataforma de dos ruedas, una nueva clase de vehículo que no es ni coche ni moto, pero utiliza las ventajas de ambos conceptos. De hecho en América se considera una moto, con todas las ventajas tanto administrativas que de conducción, ya que puede utilizar los aparcamientos y las vías especiales para motos, pero no precisa ni ropa especial ni un casco.

Con sus motores eléctricos, uno en el buje de cada rueda, es totalmente ecológico, alcanza más de 160 km/h con una aceleración de unos 6 segundos de 0 a 100 km/h, y tiene una autonomía de hasta 300 kilómetros. Su pack de baterías de 8kW/h se recarga en seis horas en una instalación americana de 120 voltios, y cuatro horas en la recarga europea común de 220 voltios; en medio hora podría recargar un 80% de su autonomía en una estación de recarga rápida. El Lit también lleva un sistema patentado de regenerar energía eléctrica en las frenadas, posiblemente el sistema más eficaz hasta ahora inventado, con una eficiencia de un 86%. Este sistema utiliza los volantes de inercia de los giroscopios como ultra condensadores cinéticos. Esta energía suplementaria está disponible de inmediato tras una frenada.

Su secreto está en la plataforma entre las dos ruedas, donde se esconden dos giroscopios  en constante movimiento, manteniendo el equilibrio con total seguridad. Es tal que los giroscopios mantienen este vehículo recto también en las paradas en los semáforos, por lo tanto no precisa ruedas auxiliares como otras construcciones. Este moto/automóvil puede llevar todos los componentes de seguridad como cinturones y airbags, y los típicos accesorios de coche como aire acondicionado, apertura de ventanas, sistemas hi-fi o una versión descapotable, además de incorporar todas las tecnologías modernas de control y conexión.

Para dar más seguridad aún, Lit ha equipado su modelo con sistemas mecánicos que podrían intervenir en el hipotético caso de fallo de electricidad, tanto en la dirección como sobre todo en frenar el vehículo y mantenerle recto para poder salir. El Lit C1 se va a producir en serie probablemente a partir de 2014, con un precio estimado de unos 24.000 dólares, que, una vez aumentada la producción, puede rebajarse hacía los 16.000 dólares o menos.

LA IDEA EN LA HISTORIA
La idea del Lit C1 no es totalmente nueva, es, como muchas de las ideas actuales, un compendio de algo que ya existía aplicando nuevas tecnologías. El origen de este vehículo de dos ruedas lo podemos encontrar en el Wolseley Girocar de 1913, o sea, hace escasos 100 años. Creado por la empresa británica Wolseley y el conde ruso Peter Shilowsky., ingeniero y abogado, surgió como fruto de una operación de  venta de armamento del consorcio Vickers (al que pertenecía Wolseley). Shilowsky quiso que se construyera uno de sus inventos en Inglaterra. Los dibujos que presentó demostraron un singular vehículo de dos ruedas, mitad automóvil, mitad moto, que el conde consideraba de gran utilidad militar y todo terreno.

El concepto estaba basado en el del tren monorraíl alemán de 1903. Una sola rueda delantera sobresalía de la larga carrocería de 4,5 metros de longitud y con hasta siete plazas, y otra posterior iba situada en el centro. El secreto del equilibrio de este singular automóvil de sólo dos ruedas se escondía en una caja misteriosa ubicada entre los asientos delanteros y traseros.

Un motor eléctrico auxiliar de 1,25 CV mantenía un péndulo de Foucault, o sea un giroscopio mecánico tipo volante de inercia en una rotación constante entre 2.000 a 3.000 revoluciones por minuto. Dos frascos de cristal rellenos de mercurio, uno a cada lado del vehículo, a través de un complejo conjunto de cuerdas y pistones, dieron el contacto al motor eléctrico cada vez el automóvil se inclinaba hacía un lado, para poner en marcha el giroscopio manteniendo el equilibrio.

No deja de ser fascinante que este pesado aparato se mantuviese en equilibrio utilizando a su favor la gravedad de la tierra, demostrando así la ley del físico francés Foucault, quien afirmó que un plano en el cual oscila un péndulo permanece fijo. Fue la primera vez que se aplicaba  al automóvil: antes solo se había usado en grandes barcos para compensar el balanceo en alta mar. Cuando el vehículo se mostró en público en 1913, la gente no comprendieron cómo podía mantener el equilibrio con cinco personas a bordo con toda seguridad; hoy sabemos que hasta con una solo rueda hubiera podido mantener el equilibrio.

Problemas políticos en Rusia, ya al borde de la Primera Guerra Mundial, obligaron al conde de abandonar el proyecto antes de lo previsto. El único Wolseley Gyrocar funcional se hizo en Inglaterra; los responsables de Wolseley no sabían qué hacer con él y lo enterraron bajo tierra, dónde quedó hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando fue desenterrado y destruido definitivamente.

En 1961 la idea fue retomada por Ford, que presentó en el Salón del Automóvil de Nueva York su nuevo dreamcar Gyron. Se trataba de un automóvil dotado de sólo dos ruedas que mantenía el equilibrio de su carrocería aerodinámica mediante giroscopios. Los dos asientos iban en paralelo, y cuando el coche se detenía emergían dos ruedas auxiliares delante, a derecha e izquierda, para mantener la estabilidad del aparato con el motor parado.

También el moderno Segway cuenta con este concepto de giroscopios, manteniendo el equilibrio constantemente a pesar de los muchos vaivenes que se producen en la conducción.

Fotos históricas: Archivo Manz

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