Andorra-Barcelona en VE

Salta a las noticias el récord de un coche eléctrico que circulaba en tráfico normal desde Andorra a Barcelona, recorriendo sin recarga algo más de 200 kilómetros, en un tiempo lluvioso y frío, y siempre a las velocidades que exigía el tráfico.



Un Mercedes-Benz Clase A eléctrico acaba de recorrer los 206 kilómetros entre Ordino en Andorra y Barcelona sin repostar, un hecho declarado récord de un vehículo eléctrico. Esta noticia sin duda es interesante, demuestra que ya se pueden realizar trayectos más largos en coches eléctricos. Pero exige anotar algunos hechos: no estamos hablando de un récord preparado, con carreteras vacías, a una velocidad constante para no consumir, estamos hablando de que se ha alcanzado este récord en un trayecto cotidiano, con constantes cambios de velocidad, frenadas, aceleraciones… y en este caso concreto, como dificultad añadida, con mal tiempo; las primeras nieves en Andorra y lluvías en España.

El Mercedes eléctrico ha sido utilizado como un vehículo normal en un trayecto normal, recorriendo a las velocidades que el tráfico exigía, o sea, como uno más. El trayecto se realizaba con lluvias en las carreteras y frío, lo que significa que tenía que el coche tuvo que circular con las luces puestos y constantemente con el parabrisas en funcionamiento.

Lo que se quería demostrar con este recorrido es que un coche eléctrico ya puede ser utilizado para los trayectos rutinarios entre diferentes localidades – en este caso también entre diferentes países – lo que le da más utilidad. Este recorrido podría ser aquel que tenga que realizar un empleado de cualquier empresa a diario. En este caso, como está demostrado, llegaría a su destino de trabajo, recargaría allí su automóvil eléctrico para poder volver por la noche a su lugar de origen.

Esta utilidad del vehículo eléctrico lo está documentando en otro proyecto, esta vez franco-alemán. Tres vehículos eléctricos Nissan, entre ellos dos furgonetas tipo monovolumen, recorren a diario entre varias localidades en Alsacia (Francia) hasta Karlsruhe en Alemania. Concretamente son empleados de Michelin, y ahora también de Siemens, quienes se desplazan, el más lejano recorre 85 kilómetros en la ida, pero con cinco ocupantes por vehículo. Lo que se pretende demostrar es la viabilidad y las ventajas ecológicas de un coche eléctrico por un lado, y la economía por el otro. Todos los datos están controlados por un equipo técnico del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT). Los resultados hasta ahora son muy interesantes: ya se han recorrido más de 24.000 kilómetros entre los distintos vehículos sin problemas algunos.

Actualmente – el proyecto irá por un plazo de tres años – se ha optado por una recarga rápida tras cada recorrido, más una recarga lenta una vez llegado de nuevo “a casa”, una buena fórmula para que las baterías aguanten más ciclos de vida. Los técnicos proponen para el futuro reducir las recargas rápidas al mínimo y realizar más recargas lentas, ya que estos dan más vida a las baterías. Los técnicos también quieren analizar el consumo de electricidad en distintos meses del año, referente a las temperaturas exteriores, y las reacciones y necesidades en época de frío, con lluvias o con un sol muy fuerte.

Agustín Payá ha demostrado que el Mercedes-Benz Clase A eléctrico puede recorrer este exigente recorrido entre Andorra y Barcelona, pero sobre todo ha demostrado que los vehículos eléctricos cada vez son más una alternativa al vehículo con motor convencionale. Queda patente que el vehículo eléctrico no será un vehículo que recorre diariamente largos trayectos, sino más bien un vehículo apto para más del 90% de nuestros recorridos diarios, principalmente en ciudad, de pueblo en pueblo o en los trayectos al trabajo y la vuelta a casa.

Esta opinión no comparte de pleno el Tesla, el automóvil eléctrico más exigente actualmente en el mercado. Este sedán de casi cinco metros de largo cuenta con una autonomía de hasta 480 kilómetros. Que esto es real lo ha demostrado un Tesla S matriculado en Madrid, que hizo el recorrido Madrid-Barcelona (para participar en la EVS27 en el Arc de Triomphe) con una recarga rápida de dos horas en Zaragoza.

“El coche eléctrico ha vuelto al primer plano y para quedarse”, aseguraba Agustín Payá, muy consciente de su récord conseguido. La media de velocidad registrada ha sido de 59 km/h, con puntas máximas de 86 km/h.

Sin ninguna intención de menospreciar el record conseguido y los esfuerzos que se están realizando hoy día en favor del coche eléctrico, hacemos un corte recorrido por la historia:

En 1899 la lucha encarnecida entre el francés Chasseloup-Laubat y el belga Camille Jenatzy por ser el hombre más rápido del mundo en un automóvil, dio el récord de velocidad al pasar por vez primera la temible velocidad de 100 km/h. La lucha por el récord se realizaba con vehículos eléctricos. Este récord se mantenía durante tres años, hasta que fue rebatido por otro automóvil ecológico, un coche a vapor de la marca Serpollet. El automóvil con motor de gasolina tardó aún bastantes meses más hasta ponerse a estas alturas.

Tras los desafíos en velocidad llegaron los de autonomía. En julio de 1899 el conde francés Chasseloup-Laubat recorría en un automóvil eléctrico de la marca Jeantaud 140 kilómetros sin recargar las baterías, un año más tarde el también francés Louis Krièger aumentó esta cifra a 170 kilómetros en un automóvil de su propia marca. Solo un mes después un vehículo eléctrico de la marca gala BGS recorrió 262 kilómetros sin tener que recargar. No quedó constancia de la media de velocidad que alcanzó, aun¬que se sabe que llevaba baterías con un peso total de 1.260. Un año más tarde Louis Krièger triunfó nuevamente a aumentar la autonomía a 307 kilómetros.

Pero, hay que decirlo: estos vehículos eléctricos realizaron los récords de autonomía a baja velocidad, no circularon a más de entre 15 y 25 km/h, cifra hoy día imposible a mantener debido al tráfico. El avance pues se centra en poder realizar hoy día trayectos a las velocidades que exige el tráfico.