La eficiencia energética en movilidad y transporte solo se logra con una unión de todas las naciones europeas tanto del Norte como del Sur. Solo de esta manera se puede satisfacer el gran desafío del anunciado cambio energético en la Unión Europea.
Esto incluye la masiva introducción de la ecomovilidad y los smart cities en un futuro no muy lejano con el fin de vivir de una manera más ecológica y menos despilfarradora. También incluye la introduccioón masiva de la energía eolica y fotovoltaica, para lo que se necesita la fuerte colaboración de los países del sur ya que son ellos que tienen más dias soleados.
No será una solución el que los técnicos e ingenieros españoles vayan a Alemania porque aquí en España no encuentran trabajo, sino que sería más lógico que se creasen empresas mixtas en España que permitiesen trabajar con las nuevas tecnologías pertinentes en cada país para poder aplicarlas in situ. La tecnología ya está, los alemanes buscan no solo exportar sino también compartir su tecnología del futuro con otros países, y qué es mejor que crear un nuevo empresariado en España con mucha vocación hacia el futuro. Bueno, si los políticos lo permiten, claro está, porque de momento no dan muchas facilidades ni generan oportunidades. Pero esto puede, y debe cambiar.
La electromovilidad ya es imparable y se introducirá cada vez con más fuerza; no cabe otra opción ya. Y ello esta combinado con la introducción de las energías renovables, la reducción de consumo en todos sus aspectos y el cambio de forma de vida, ya que el despilfarro, el egocentrismo y el maltrato al entorno están OUT, es decir, no tienen ningún futuro. Europa no solo apuesta por las nuevas alternativas de producir energía eléctrica por un interés económico, sino sobre todo por necesidad. Se prevé que los países emergentes, principalmente China y Rusia, se quedarán con las reservas del petróleo cada vez más diezmado, y Estados Unidos está optando por el fracking, o sea, se busca un futuro en el gas, a pesar de lo criticado que esta este sistema por los daños medioambientales que produce.
Lo fascinante de todo esto es que no solo se puede crear un nuevo tejido de empresas que, además, generen muchos puestos de trabajo, sino que también anima a mirar el futuro con optimismo y con ganas de avanzar, ya que el camino hacia una meta es tan importante como el objetivo en sí mismo. Pero para ello también es importante ser más conscientes, cultivarse y entender lo que es necesario para un futuro que cuida al máximo nuestro entorno y nuestras reservas, ser optimista y no dejarse llevar por el pesimismo (lo que algunos llaman “la realidad”) y ver más allá de nuestras propias narices. Queda mucho por hacer, y lo que queda es fascinante.