La idea no es nueva, pero sumamente atractiva por el tipo de servicio
La colaboración entre la empresa valenciana IndusAuto Hernandez S.L., con sede en La Llosa de Ranes, y el experto en la conversión de vehículos convencionales a eléctricos, la empresa Hidronew XXII, con sede en Peralta (Navarra), ha dado la luz a un interesante concepto que es el coche fúnebre con motor eléctrico.
De hecho se ha elegido el conocido modelo Dueexis del carrocero valenciano, sobre la base de un Mercedes-Benz, al que se le ha quitado el motor original para instalar un motor eléctrico. El resultado es un coche fúnebre totalmente silencioso. De su comercialización se hará responsable la empresa también valenciana Clem Ecologic, con sede en Cheste (www.clemecologic.es), que lleva muchas años en el sector de los vehículos eléctricos principalmente de servicios.
El Dueexis eléctrico (www.indusauto.es) mantiene su especial carrocería con el gran espacio luminoso trasero para transportar el ataúd, un modelo de 5.735 metros de largo y 1.840 de alto, que lleva una plataforma de 2.420 metros de largo. En el modelo en cuestión se utiliza un motor eléctrico de 30 kW nominales, que puede desarrollar 60 kW de pico si lo precisa. Cuenta con una autonomía de 150 kilómetros y una velocidad tope de 150 km/h, con lo que está totalmente adaptado para cualquier tipo de servicio. Lógicamente su gran ventaja es su total silencio y nula contaminación, que permite también no consumir y no producir ruido en los cortejos por las calles de las ciudades a velocidad de peatón, o en las entradas de los grandes cementerios con sus anchas largas avenidas.
Los expertos de Hidronew XXII (www.hidronew.com) equipan el coche con el sistema de recuperación de energía en las frenadas, y con un sistema de recarga que permite recargar en cualquier enchufe de 220 voltios, con 6 horas si la carga es de 3kW, y sólo 2 horas si se puede cargar a 9kW , para llenar completamente las baterías.
Todo parece que los primeros coches fúnebres fueron vehículos eléctricos – ya por los primeros años del siglo pasado – y que cumplían mejor con el respeto a los fallecidos y a la ceremonia de su traslado. El vehículo eléctrico entonces fue el único que cumplía con las exigencias de un transporte silencioso y solemne, y por lo tanto el único medio de transporte que podía reemplazar los carruajes de caballos, que se solían utilizar para este tipo de servicio. No es de extrañar, pues, que se avanza y se utiliza nuevamente vehículos eléctricos para este servicio último al ser humano.