Uno de los más espectaculares creaciones de un coche urbano eléctrico precisa más capital para alcanzar la meta de su producción
Hiriko, el coche urbano eléctrico plegable por excelencia, ha entrado en una parada cardiaca: la empresa ubicada en Vitoria, encargada de realizar los prototipos, ha cesado su actividad y ha enviado sus 25 empleados a casa. La razón es la de siempre, falta de capital para terminar lo que se ha empezado con tanto esmero y fuerza. Pero un hecho innegable es que el coche está terminado, la tecnología funcionando, los posibles grandes clientes a la espera de recibir las primeras unidades para realizar las pruebas y después definir cuantas unidades pedir. O sea, falta poco para alcanzar el gran logro.
Pero como siempre pasa y ha pasado: ahora en la recta final, con la meta a un punto, el dinero se escasea y no hay inversor disponible, por lo menos por el momento. En el caso de Hiriko se busca un inversor dispuesto a dar unos 15 millones de Euros para llevar a cabo la homologación y la fase de industrialización, ya que la ayuda pública se ha invertido y no habrá más.
El probablemente coche urbano eléctrico y electrónico más avanzado de su tiempo, que sería fabricado en España, se adaptó en su última versión a un concepto más comercial, al prescindir de las sofisticadas cuatro ruedas robotizadas, que permitieron un giro de 360 grados. También se ha cambiado el mando de avión por un volante convencional, y se ofrecen baterías más ligeros para no pasar de unos 600 kg de peso. Todo ello con el enfoque de ofrecer un modelo más comercial.
Actualmente se espera a inversores privados dispuestos a invertir lo que hace falta para llevar el proyecto a una producción en serie y comercialización, todos los trabajos iniciales para lograr un producto sumamente competitivo están ya hechas. Falta el empujón final para sacar al vehículo del coma inducido actual.
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