El Solex fue un ciclomotor europeo que se gestó en la Segunda Guerra Mundial.
Ya en 1940 se montó un motor de dos tiempos sobre la rueda delantera de una bicicleta Alción, el origen del Solex, que pronto fue un gran éxito. Cumplía con la intranquilidad de la gente en la busca de un modo económico de transporte personal, y el Solex acertó de pleno. Tuvo una gran aceptación en toda Europa con una venta de unos ocho millones de unidades entre 1946-1988. Todo ello gracias a su precio de venta por debajo del salario mínimo de esa época y su consumo muy reducido. Era económico, práctico y fácil de manejar, una bicicleta que funcionaba sola. En poco tiempo el Solex se había convertido en un símbolo de libertad, al proporcionar autonomía para desplazarse a quienes vivieron una época de limitaciones, dejando su huella en la memoria colectiva de más de una generación.
En el año 2004 el CIBLE Group adquirió la marca Solex y trazó un plan para rescatar el concepto que dio el éxito al ciclomotor original. Con la colaboración del prestigioso diseñador italiano Pininfarina consiguieron crear el prototipo definitivo, con un estilo único, mezclando el espíritu clásico con los avanzados conceptos en estética, funcionalidad y eficiencia.
Así nació el E-Solex, que empezó a ver la luz a partir del año 2006. Este ciclomotor está homologado para poder circular por vías públicas a una velocidad máxima de 40 km/h ofreciendo una autonomía de 40 kilómetros gracias a su batería extraíble de litio-ion polímero de 37V y 16 Ah. Desde 2009 la gama se amplía por la VeloSolex, una bicicleta plegable de pedaleo asistido, y en desde 2011 se une a la familia la Solexity, una bicicleta urbana de pedaleo asistido.