La Universidad Técnica de Aquisgrán (Alemania) trabaja en distintos proyectos de la electromovilidad; en el denominado LiVe investiga la reducción de costes en el ciclo de vida de vehículos eléctricos de reparto a través de componentes modulares.
La solución es un accionamiento adaptable individualmente, un sistema de módulos, que puede bajar los costes y aumentar la oferta de diferentes modelos y carrocerías. El primer paso fue desmontar el eje normal de un camión Isuzu de 7,5 ton reemplazándolo por un eje-motor eléctrico del proveedor alemán BPW.
A pesar de que aún no hay muchos detalles, el proyecto parece funcionar, este Isuzu prototipo ahora cuenta con tracción trasera eléctrica con un par motor de unos 6.500 NM, baterías optimizados en sus respetivos habitáculos, y bombas electrificadas como la de servodirección, la del agua refrigerante y la bomba de vaciado. La Universidad RWTH Aachen trabaja en cuatro prototipos, dos camiones de diferentes toneladas puramente eléctricos, uno equipado con pila de combustible funcionando a hidrógeno y otra unidad que llevará un pantógrafo para recoger la energía a través de una línea aérea de electricidad.
El concepto modular para crear vehículos eléctricos no es una idea nueva, ya se aplica desde 1896, pero es una buena idea, que merece ser recogida de la historia, adaptándose a las grandes posibilidades tecnológicos de hoy día.
En 1896 apareció en Francia el denominado avant-train, un eje delantero con sus dos ruedas, un motor, las baterías correspondientes y la dirección, un módulo completo que se podía montar en cualquier carruaje de caballo. Su inventor fue el ingeniero Pretot, quien transformó dos carruajes cerrados para seis personas en autobuses de motor – de gasolina. El concepto era cambiar el eje normal del carruaje por un conjunto eje-motor-tracción, convirtiendo cualquier carruaje en vehículo. Pronto fue empleado para crear vehículos eléctricos.
La idea era cambiar el eje delantero por completo, creando de esta manera vehículos de tracción delantera, la gran novedad de entonces cuando casi todos los modelos tuvieron su tracción trasera, ya que aún no se había resuelto bien el tema del eje motriz y directriz a la vez. En el caso del módulo eléctrico todo el eje completo se giraba.
Los pioneros de este sistema fueron Georges Latil en Francia y Joseph Vollmer en Alemania, desde 1898, más Eugenio Cantano de Roma en Italia, desde 1900, que vendió sus licencias a Francia y Estados Unidos. El sistema italiano FRAM eléctrico fue construido en Francia por deDion-Bouton y elegido en 1913 para la limpieza de la ciudad de París, empleandose más de cien unidades. Este sistema ganó el concurso contra dos módulos de motor de gasolina presentados por la competencia.
El eje delantero motriz y directriz, y a la vez eléctrico, quedó en producción muchos años. En Alemania se crearon con este sistema vehículos especiales comunales, principalmente para la limpieza de las calles, para recogida de basura y un largo etc., en uso hasta finales de los años treinta. El mayor fabricante fue la casa Hentschel, que se fusionó finalmente con la nueva compañía Elite de Berlín, que vendió este sistema modular bajo la denominación “el caballo eléctrico”.
Foto 01: El eje trasero eléctrico BPW en un Isizu de 7,5 ton (Foto RWTH Aachen)
Foto 02: Pretot Avant-Train de 1896, un eje-delantero motor de gasolina (Foto: Archivo Manz)
Foto 03: El tren delantero eléctrico Kühlstein-Vollmer de 1898 (Foto: Archivo Manz)
Foto 04: Los Elite “Caballo Eléctrico”, un eje delantero eléctrico completo (motor-dirección-baterías-transmisión) en uso hasta los años treinta (Foto: Archivo Manz)
17 Diciembre 2018
Concepto modular - una buena idea con historia
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