El nuevo automóvil híbrido Catecar Libellule, desarrollado en Suiza, se fabricará en Túnez a partir de otoño de este año. Destacará por algunas soluciones muy prometedores.
Tras años de evolución parece ser que el nuevo coche urbano híbrido que presenta la empresa suiza Catecar estará listo para su producción en serie a partir del otoño de este año. Con sus cotas de 1,5 metros tanto de ancho como de altura, y poco más de tres metros de largo, el Catecar es muy compacto. Combina una tecnología de motor eléctrico, un pequeño range-extender a base de un motor convencional, y, como gran novedad, un techo de paneles fotovoltaicas de lo más moderno, incorporado en la curvatura del techo, y al mismo tiempo capaz de suministrar energía para 20 kilómetros en un dia soleado en Suiza. ¿Qué podría llegar a alcanzar en un dia soleado en España?
El motor eléctrico ubicado en la parte trasera desarrolla entre los 5 y los 15 kW, el motor convencional, que se encuentra por delante entre las ruedas, desarrolla otros 15 kW. De hecho las baterías pesan poco, las de LiFePo4 (litio de ion polímero) tan solo 12 kg (las de plomo unos 36 kg), y la carrocería también es superligera, llevando paneles de fibra vegetal en parte de los laterales. Algo exagerado nos parece la información que el automóvil tendrá una autonomía de unos 1000 kilómetros, calculando un consumo de 1,5 litros a 100 km del motor convencional, que llevará un depósito de gasolina de unos 15 litros. Se calcula que el panel solar podrá recuperar 300 vatios en una hora a pleno sol.
Otra peculiaridad del concepto es que el coche urbano se producirá en una planta en Sousse en Túnez, dónde ya han encontrado la mano de obra calificada, que podrá producir este coche a un menor coste que las plantas en Europa. Los tunecinos están encantados, ya que el proyecto creará unos 200 puestos de trabajo directas y 800 indirectas.
Catecar se creó en 2008 a raíz de haber comprado la licencia de producción de un pequenisimo automóvil propulsado por aire comprimido, el Airpod, un vehículo desarrollado por la empresa MDI. En su momento se esperaba el suministro de una tecnología válida para fabricar este vehículo propulsado por aire comprimido; pero la falta de resultados hizo que la empresa suiza se desentendió del contrato. Desde entonces se dedica a desarrollar su Libélula.
