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Aaglander con Linde - el placer de la lentitud
13 Diciembre 2013

Aaglander con Linde - el placer de la lentitud

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    ¡Ha nacido el carruaje eléctrico! Roland Belz de la empresa alemana Aaglander dice que ha descubierto el lujo de la lentitud, o sea el placer de viajar de manera lenta y pausada. Y ha desarrollado un carruaje sin caballos, que funciona tanto con un pequeño motor diésel, como, al asociarse con la empresa Linde, con motor eléctrico.




    Los viajes en carruajes tirados por caballos gustan cada vez más, sea por recorridos en ciudad o por el campo, y teniendo en cuenta que mantener caballos hoy dia es bastante costoso y manejar un carruaje tirado por caballos bastante complejo, ha nacido la idea de ofrecer el mismo tipo de vehículo, pero equipado con un pequeño motor eléctrico, que francamente es lo más económico que hay hoy día disponible.

    La tracción eléctrica, o sea el motor, el módulo de potencia y el software necesario procede de la empresa Linde, uno de los líderes en componentes eléctricos para vehículos de todo tipo. Con este equipo el carruaje de Aaglander, que se produce artesanalmente en una granja de Alemania, cuenta con una potencia de 16 kW, motor asincrónico, que ofrece un par de 70 Nm. Con ello el vehículo alcanza los 20 km/h – que es lo máximo previsto para este tipo de vehículo -, y gracias a una batería de 40V / 400 Ah cuenta con una autonomía de ocho horas de viaje antes de tener que recargarla en un enchufe doméstico.

    La empresa Aaglander lleva desde 2005 ofreciendo sus carruajes fabricados artesanalmente en Pottenstein, con un éxito constante de venta. Para ello sus responsables han mantenido dos factores primordiales: la lentitud como un lujo y el arte  de construir un carruaje, con todo lujo de detalle. Prestige Electric Car pudo ya realizar una toma de contacto con el carruaje, para lo que se precisa el permiso de conducir de automóvil y obtener luego un certificado de conductor autorizado de la empresa, ya que el vehículo tiene sus peculiaridades.

    ¡No lleva volante! El primer choque se recibe cuando se busca el volante del carruaje “moderno”, que no lo tiene. En vez de ello cuenta con dos “colas de vaca”, o sea largos palos, uno para cada mano, con un manillar en su punto, que sirven para realizar los giros. Lo que al principio parece algo imposible, una vez cogido el truco es muy fácil de manejar: acercando uno al cuerpo y alejando el otro, asi se realizan las curvas.

    Los Aaglander han conseguido todos los permisos y homologación necesarios para poder circular en carretera. Cuenta con frenos hidráulicos en las cuatro ruedas, una iluminación moderna escondida en las preciosas linternas y una robusta estructura de acero con ruedas bastante altas, de hierro y goma maciza, para permitir también la circulación fuera de las carreteras. Además cuenta con muchos detalles preciosos que recuerdan al pasado. Hay dos modelos en oferta, la versión para cinco personas y el modelo corto de solo dos personas (el Duc).

    Entre sus clientes cuentan con pequeños empresarios que ofrecen viajes por los centros de ciudades antiguas, para viajes campo a través en zonas turísticas, y también varios hoteles que utilizan os carruajes para buscar y levar a sus clientes a las estaciones de tren o autobús.
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